Sus palabras apasionadas, que iluminan el arduo camino del docente de escuelas subvencionadas para educar a los mas desfavorecidos, nos invitan a continuar el trabajo paralelo a la lucha por nuestras reinvindicaciones.
"...el problema de la inclusión es mucho más complejo de lo que se piensa y se dice. La verdadera inclusión implica, en primer lugar, no sólo incluir a los que no han tenido oportunidades, sino retenerlos en el sistema educativo el mayor tiempo posible para que no lo abandonen. Esto va a suponer implementar una pedagogía activa, pertinente y productiva, para que los alumnos se sientan a gusto estudiando y palpen la utilidad y pertinencia de sus estudios. En segundo lugar, la inclusión implica también proporcionarles a todos los alumnos las competencias esenciales para que se integren productivamente en la sociedad y puedan continuar aprendiendo por su cuenta, pues si no, si sólo tienen títulos y no una buena formación, la sociedad va a excluirlos posteriormente. Puede resultar profundamente excluyente y a la larga muy frustrante, regalar títulos sin las exigencias académicas requeridas, títulos que no garantizan las competencias y saberes necesarios para seguir estudiando o ejercer una profesión adecuadamente. En tercer lugar, la inclusión implica dotar a los alumnos de una sólida formación ética y ciudadana para que se conviertan en incluidores de todos: tanto de los que piensan como ellos como de los que piensan diferente. Sería de un cinismo muy cruel y totalmente opuesto al sentido de la verdadera inclusión, incluir para formar sujetos excluidores, es decir, formarlos ideológicamente para que no acepten ideas distintas y rechacen a los que no piensan como ellos..."